¡Nunca Olvidaremos!

 



En México, la corrupción y la violencia que existen tienen una estrecha relación con el crimen organizado. Es una realidad que no debe ser olvidada, pero es nuestra responsabilidad exigir respuestas, justicia y verdad.

 La noche del 25 de septiembre del 2014,  un grupo de estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, ubicada en el estado de Guerrero, México, se dirigían a la ciudad de Iguala para participar en una serie de actividades en conmemoración de la matanza de 1968 en Tlatelolco. Los jóvenes tomaron autobuses para llegar a su destino, pero fueron interceptados por la Policía Municipal, quienes les dispararon. Se dice que en el ataque murieron tres estudiantes y un civil, y más de 40 resultaron heridos.

 A pesar de todo lo ocurrido, el gobierno federal no ha rendido cuentas claras sobre lo sucedido y hasta el momento, sólo se han condenado a algunos policías y a miembros de la banda Guerreros Unidos, pero nadie sabe con certeza qué fue lo que realmente sucedió con los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

 La desaparición de los 43 de Ayotzinapa ha generado una gran cantidad de preguntas. ¿Qué fue lo que realmente sucedió aquella noche? ¿Quién es responsable de la desaparición de los estudiantes? ¿Por qué la policía y los gobiernos locales se niegan a ofrecer alguna explicación o información sobre el suceso?

 Las preguntas y la conmoción han generado numerosas protestas a lo largo de distintos lugares de México. Siete meses después de lo sucedido, los padres de los desaparecidos decidieron colocar en memoria de todos sus hijos perdidos el actual antimonumento que se encuentra sobre el cruce de avenida Reforma, Bucareli y Juárez, en el centro de la CDMX, está conformado por un signo de (+) y el numero 43 en rojo, debajo del antimonumento hay un escrito que dice: ¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos! 

 Esta tragedia ha sido condenada por muchos activistas y defensores de los derechos humanos. Por ejemplo, el poeta mexicano Javier Sicilia ha señalado que “Aquellos 43 de Ayotzinapa son parte de una historia de atrocidades y de desapariciones forzadas que no se acaba con 43 estudiantes, sino que sigue en México y en el mundo. No se trata de un hecho aislado, sino de una práctica sistemática”. Estas palabras nos recuerdan que la verdad de los 43 de Ayotzinapa debe salir de su escondite y que no se debe permitir la impunidad.

 A pesar de que el caso de los 43 de Ayotzinapa ha sido uno de los más sonados en México en los últimos años, poco se sabe sobre el papel que jugó Julio César Mondragón en el mismo. Era un joven de 22 años que provenía de una familia humilde. Según su madre, Julia, Mondragón decidió ir a la escuela normal para poder ayudar a su familia económicamente. "Mi hijo quería estudiar, pero no tuvo la oportunidad porque en mi casa no hay dinero. Entonces, dijo: 'voy a ir a la Normal para ayudar a mi familia'", contó Julia en entrevista con el diario El Universal.

 Mondragón fue asesinado y desollado vivo por los policías mexicanos. Este asesinato brutal es un ejemplo de la violencia que los estudiantes de Ayotzinapa han enfrentado desde que fueron secuestrados por las autoridades mexicanas en septiembre de 2014.

La violencia contra los estudiantes de Ayotzinapa ha sido descrita por muchos como un "ejemplo de brutalidad policial". Los estudiantes han sido torturados, asesinados y, en el caso de Julio César Mondragón, desollados vivo. Estos actos de violencia se han cometido en un contexto de impunidad, ya que las autoridades mexicanas han fallado en investigar y llevar a los responsables ante la justicia.

 En conclusión, la corrupción y la violencia son una realidad latente en México. La justicia ha sido una víctima de esta realidad, pero es nuestra responsabilidad como ciudadanos exigir respuestas, que la lucha de los familiares de los desaparecidos nos recuerda que nunca debemos olvidar y que siempre debemos luchar por todos aquellos que ya no tienen voz.





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