REPORTAJE: El peligro de ser periodista en México

La colonia Narvarte, un barrio de clase media en la Ciudad de México donde todo parece tranquilo, pero esto se vio afectado por un acto de horror cuando el 31 de julio de 2015 aproximadamente a las dos de la tarde, tres personas armadas entraron a un departamento en la calle Luz Saviñón #1909 y asesinaron al foto-periodista Rubén Espinosa, la activista Nadia Vera, sus compañeras de piso Mile Martín y Yessenia Quiroz y la trabajadora doméstica, Alejandra Negrete.

Este caso es conocido por sus implicaciones violentas y políticas, ya que Rubén era un fotógrafo para la ´Proceso’ y la agencia fotográfica ´Cuartoscuro’ en Veracruz y documentó casos de abusos en contra de movimientos sociales por parte del Gobierno de ese entonces de Javier Duarte, quien tuvo acusaciones de corrupción y enriquecimiento ilícito, al igual que su secretario de seguridad Arturo Bermúdez Zurita. 

Tras este caso nos podemos dar cuenta por qué México es uno de los países más peligrosos para ejercer periodismo, esto preocupa debido a que no es una zona de guerra como ocurre en otras regiones del mundo. Las causas de esta situación son diversas, algunas de ellas son la corrupción, el crimen organizado y la censura que existe aquí, tanto de los propios medios como del gobierno. 

Tan sólo en 2022 han privado de la vida a más de diez periodistas, siendo el país más peligroso para ejercer periodismo, por encima de Ucrania (8) y de Yemen (3). (Reporteros Sin Fronteras, 2022)

Según la edición 2022 de la clasificación Mundial de la Libertad de la Prensa de la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), México se encuentra en la posición 143 de un total de 180 países en lo que se refiere a libertad de ejercer esta labor social.

Desde el año 2000 y hasta lo que va del mandato de Andrés Manuel López Obrador han asesinado a más de 140 periodistas. Durante el sexenio de AMLO han matado a más de 30 periodistas y la impunidad de estos casos es común ya que al día de hoy no se han encontrado a los culpables y el presidente actual al igual que los anteriores sólo se han pronunciado con mensajes de solidaridad sin dar una solución a estos crímenes fatales, lo que demuestra la negligencia de nuestros gobernantes. 

Algunos de los comunicadores que han asesinado este año son Fredid Román, en Chilpancingo, Guerrero; Ernesto Mendez, en Guanajuato, Juan Arjon López, Sonora, y Alan González, en Chihuahua, todos durante el mes de agosto de 2022. Además, al menos 10 de los periodistas asesinados en este 2022 su muerte tiene una relación directa con su trabajo de investigación. Aquí es donde uno se pregunta: ¿realmente existe la libertad de prensa?

Rubén Espinosa, víctima de la violencia en 2015, fue uno de los tantos periodistas que sólo buscaba la verdad ya que alzaba la voz para criticar al gobierno de Veracruz por la excesiva violencia en contra de periodistas, 15 de ellos durante los primeros años del gobierno de Duarte. Luego de criticar duramente estos crímenes, recibió amenazas de muerte por lo que tuvo que huir a la capital del país, donde no encontró la seguridad que buscaba.

Este crimen aún esta lleno de dudas e impunidad, al igual que de negligencias que no dejan de sorprendernos, empezando por el primer informe policial que indicaba que se había tratado de un ajuste de cuentas por un tema de prostitución y la participación de cinco personas en el multihomicidio, no tres como se haba dicho en informes anteriores.

Además, quienes que están a cargo de este caso han omitido información a las familias de las víctimas, sólo dan largas a estas personas que buscan que se haga justicia por los seres queridos que perdieron. Cada una de las personas que murieron ese trágico día eran hombres y mujeres que luchaban incansablemente por mejorar nuestra sociedad con labor social.

Hoy en día podemos  recordar a estos informadores y activistas ultimados por tres memoriales: el primero, un cartel frente al edificio escenario del crimen; otro, un cartel en el camellón de la calle de Cumbres de Maltrata y Luz Saviñón, y el tercero, un mural a una cuadra del lugar de los hechos.





Fotos: Erick Daniel González















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